La picadora de carne de la industria musical se cobró una nueva víctima. Liam Payne, ex integrante de la agrupación teenpop británica One Direction, puso fin a su vida al arrojarse de un tercer piso en el barrio porteño de Palermo.
Marcelo Roma es el fiscal que investiga bajo la carátula de muerte dudosa. En la habitación del hotel se encontraron diversas drogas y la investigación parece tener como único objetivo descubrir quién se las suministró al cantante. Típica actitud buche/policíaca de buscar una cabeza más que un motivo. En la misma sintonía, el periodista y analista político Gustavo Sylvestre esgrime su indignación de que en pleno Palermo haya conseguido drogas tan fácilmente ¿de cuál alcantarilla habrá salido este "periodista"?
Como sea, habrá que andar con cuidado porque cuando la policía busca un culpable, cualquier brote verde es perejil.