En ese particular sentido, en su cuarto disco —aparecido en 2017— la artista tucumana Luciana Tagliapietra hizo todo bien. Se trata de siete canciones en las que la cantautora toma distancia del exquisito chamber-pop que cultivara en su álbum previo, La Luna (2013), para construir un sutil andamiaje de sintetizadores y ritmos programados en los que se cuela alguna guitarra que asoma prudente, respetuosa del aire taciturno que se extiende durante veintitrés minutos. Y he aquí la palabra clave: discreción. Porque todo es discreto en Kawaii, desde la compleja levedad del entramado de teclas, hasta las letras que hacen foco en observaciones mínimas de un torturado romanticismo cotidiano (“No te quiero ni en pantallas”, asegura en “Los Santos”), pasando por el propio registro de Tagliapietra, cuyo tono áspero y cautivador recuerda al de la mejor Rosario Bléfari.
Asimismo, pese a que tracks como “El busca”, “Un monstruo” (que rememora al Virus de Superficies de Placer) o “Paisaje” inviten al movimiento corporal, la obra aparece debidamente preservada de sobresaltos innecesarios y los pasajes más plácidos se imponen con la misma proporción de autoridad. De esa manera, la cantante recorre los bordes más sofisticados de la new wave (“Canción Uno”) y el pop etéreo a lo Beach House (“Estoy pensando”) con la misma facilidad con la que cambia de vereda al caminar por la ciudad, y redondea un trabajo ideal para reproducir en bucle una y otra vez. Ningún arreglo, ninguna palabra queda fuera de lugar, y el encanto de Kawaii circula por el espacio sonoro como la nieve de esas esferas de vidrio que guardan postales en 3D.
Discos como este no salen todos los días y, por más que Tagliapietra suelte oraciones como “Canciones de amor / las hago pero no me importan, no me dan calor”, puede que para más de uno Kawaii se agrupe entre aquellas tantas gemas de esas que ayudan a hacer de la vida algo más llevadero. Que es, básicamente, la gran premisa que en esta época anémica debería tener el artista antes de ponerse a laburar, en vez de dilapidar tiempo y recursos para inflar el ego y actuar como monigote de feria en busca de más atención.
Discos relacionados
Luciana Tagliapietra – “Escala” (single) (2017)
Beach House – Depression Cherry (2015)